Cross de Santiso: cuando correr es lo de menos

El cross de Santiso es especial. Y no lo es por su fabada, por su pulpo, su churrasco, su chorizo, su bizcocho ni su ensalada. Tampoco lo es por las sudaderas y las medallas con la que se obsequia a los corredores. Lo que les hace únicos y diferentes es el cariño con el que la organización recibe a los atletas, su apoyo a la inclusión y a la diversidad y el mimo con el que lo prepara todo. Y eso se nota. Los 14 kilómetros de recorrido en un entorno privilegiado, con sus subidas y sus bajadas, han sido solo una excusa para compartir otra carrera con la tribu. ¡Y menudas lecciones hemos aprendido! Hemos visto como los pequeños del grupo animaban a una niña que lloraba desconsolada pensando que no sería capaz de acabar. "¿Ves cómo si podía hacerlo? Nunca hay que rendirse" comentaba la mini tribu. Entre los mayores, una de nuestras compañeras acompañó a una corredora que se enfrentaba al reto justo después de superar una dura enfermedad. Sin conocerse, sin saber nada de la otra chica, Cris no dudó en acompañarla, apoyarla y darle ánimos para que cruzara la línea de meta. Y lo lograron juntas. En Santiso, son tantas las experiencias vividas, que correr es lo de menos.